Si ya es difícil reconocer a quien dirige un videoclip, por encima del artista al que sirve, aún más complicado es hacerlo si detrás de las cámaras se sienta una mujer.
Las canciones de Taylor Swift son un producto de consumo masivo; sus letras, sin embargo, tienen un componente de elaboración literaria infrecuente en la música popular.
La venta de entradas para los conciertos de los grandes artistas se rigen por las leyes del mercado: los precios los fijan la oferta y la demanda. Así, queda poco margen para el negocio de la reventa.
Taylor Swift es una artista empoderada. Controla su carrera profesional en lo artístico y también en lo económico, tiene legiones de seguidores, swifties, y usa su poder en la industria para defender causas sociales y derechos civiles.