La suficiencia es una estrategia para reducir el consumo y la producción de bienes y servicios, reconociendo los límites del planeta, para lograr una sostenibilidad medioambiental real.
Con el Informe Bruntland (1987) entra en juego el concepto de ‘desarrollo sostenible’, que va más allá de la consecución de beneficios económicos e involucra la protección del medio ambiente.
El 1% mundial superrico consume tanta energía como la que se necesita para la vida digna de 1.700 millones de personas. La desigualdad favorece el colapso mientras que el decrecimiento lo evita.
Europa lanza una iniciativa legislativa para sustanciar las etiquetas eco y poner fin a alegaciones medioambientales engañosas (ecoblanqueo) por parte de la industria textil europea.
El PIB se usa como medida del bienestar material de una sociedad, pero no tiene en cuenta otros factores que influyen en su bienestar, como la salud del medio ambiente. ¿Podemos medir el deterioro de la naturaleza en términos monetarios?
El desarrollo sostenible es la base de la Agenda 2030, aprobada por la Asamblea General de la ONU en 2015. El trabajo decente y la economía verde están muy presentes en este proceso.
La única forma de reducir las emisiones drástica y rápidamente es disminuyendo el consumo de manera programada, con reconversiones profundas y diálogo social.
Cuidar el entorno y la calidad de las aguas costeras repercute positivamente en el turismo local. Aquellos enclaves que obtienen distintivos ambientales reciben más visitantes.
Uno de los retos más importantes de la aprobación de los presupuestos de 2021 será cómo financiar las reformas estructurales necesarias para conseguir una mayor recuperación a largo plazo.